sábado, 3 de agosto de 2013

DEJAD QUE LOS NIÑOS SE ACERQUEN A MI...

Esta semana volvía del gimnasio a casa; y parada en un semáforo sufrí una visión que me dejó noqueada el resto del camino. Alucinada!! Y sobre todo preocupada...
Una familia de cuatro personas cruzaron por delante de mí. Cada uno de ellos con un sobrepeso tan brutal que asustaba. Madre, padre y lo que es peor, dos chiquillos; el mayor de unos 12 años y la pequeña de no más de 5, a los que tranquilamente les sobraban 10 kg. ¡¡¡A cada uno!!!!!
QUÉ ESPANTO!!!! QUÉ PENA!!!! Niños obesos. Niños que sufren riesgos en su salud que no deberían saber ni que existen. Ya que unidos a los problemas propios del sobrepeso (hipertensión, diabetes, cardiopatías e incluso algunos tipos de cancer) también sufren los físicos, pues los kilos de más hacen que los huesos se deformen, provocando desviaciones de espalda varias, artrosis y sobrecargas innecesarias en caderas, rodillas y tobillos.

A raíz de esto me detuve a mirar más. Y horrorizada me di cuenta de que es algo más común de lo que deberíamos permitir. Niños y adolescentes con cuerpos deformes. Cifosis, chepas, celulitis, piernas hinchadas y torcidas...  UN CUADRO!!!! 
Mala alimentación acompañada de una vida sedentaria está haciendo que la población infantil tenga un porcentaje de obesidad preocupante y lo que es peor: PELIGROSO.


La obesidad es considerada ya la epidemia del siglo XXI, y es uno de los problemas de salud más graves del mundo. Se estima que hay aproximadamente 43 millones de niños menores de 5 años obesos o con sobrepeso en el mundo.
La causa es sencilla: la ingesta calórica es muy superior al gasto. Es decir, cada vez comen más y peor y no se mueven. Ejercicio cero.
Pero lo peor y lo más triste es que la solución es aún más sencilla que la causa: simplemente con controlar a nuestros niños la forma de comer y programarles un poco de actividad física sería suficiente para paliar todos los males. Así que pensemos un poco en nuestros hijos y enseñemosles a comer bien, a tener una dieta saludable y equilibrada y a crecer aprendiendo a valorar el deporte y sus beneficios, y ver el ejercicio físico como una rutina normal en sus vidas.

Creo que es un precio pequeño por la salud de nuestro niños